Curiosidades

• El ananá es muy rico en agua y pobre en fibra, propiedades que lo hacen particularmente refrescante. También contiene bromelina, un conjunto de enzimas que ayuda a la digestión.

• A diferencia de la mayoría de las frutas tropicales, el ananá deja de madurar una vez que se cosecha. Por eso es importante elegir un ananá que esté en su grado de maduración correcto. El fruto debe ser compacto al tacto, el color externo entre amarillo y verde y el mechón de hojas de un hermoso verde intenso. Pero el aliado infalible para saber si el ananá está listo para ser consumido es el olfato: si al olerlo sentís su característico aroma, significa que está a su punto justo de madurez.

• El ananá puede crecer donde sea que haya un clima templado. ¿Querés intentarlo?
  - Toma un ananá y quitale el mechón con una torsión manteniendo una parte de la pulpa en la base.
  - Sumergí todo en un tazón lleno de agua por algunos días hasta que veas salir las raíces.
  - Cuando las raíces aparezcan lo suficientemente largas y fuertes, trasplanta el mechón a una maceta con tierra.