Antes de abrir un coco, hay que hacer un agujero en la cáscara, insertando un destornillador o un sacacorchos en uno de los 3 ojos en la parte superior del producto, para que salga el líquido y se recoja en un vaso. Luego es necesario romper la estructura externa más dura con un golpe decidido de martillo u otros instrumentos. Ahora con un cuchillo se hará palanca entre la cáscara y la pulpa para extraerla. En este punto, solo hay que lavar el coco y disfrutarlo al natural.
Particularmente refrescante y rica en sales minerales, el agua de coco obtenida puede convertirse en una excelente bebida refrescante. Diferente es la leche de coco que se obtiene exprimiendo la pulpa, agregando agua y filtrando todo.
Muy utilizado en la cocina en lugar de la mantequilla normal y en cosmética también es el aceite de coco, que se obtiene presionando la pulpa seca.